el mundo que conozco se desmorona poco a poco
de adentro hacia afuera.
Este mundo que cobraba color e importancia
un mundo donde lo bueno y lo malo no existía,
solo son vivencias, experiencias,
escritas en la pared por la pluma magistral
del genio, mas bien loco, o quizas artista
consigue en su pared una ventana hacia el interior de si mismo.
En este mundo torcido, donde la tinta es espesa y pesada,
los colores tienen miedo pero aun dan vida eterna,
y el grafito nos cuenta las verdades, aunque no nos gusten.
En este mundo todo puede ser verdad, y las verdades duelen
y cuando las hojas caen de la pared, el muro se queda sin ladrillos
ya no hay escondrijos.
Acaso la grandeza no era la rival de la humildad
allí donde era necesaria la cura a el vacío,
para el ególatra que no podía vivir en el anonimato,
que ojos de terceros que fueran espejos
para apreciar su propia majestuosidad.
Que grandeza hay en la pobreza de corazon,
quien quemo aquella carta no fue ella,
fui yo.
Y en este mundo torcido de papel,
el fuego arde rápido y me regresa a mi hogar
de donde nunca debi haber salido.
Presenciad la maravilla de un mundo de papel arder
y no es entretenimiento pirotecnico
os lo aseguro,
cuidado con intentar leer, podría quemar sus ojos.
Aquel inmenso mundo de colores y figuras...
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