junto a la silla de cuero
un recuerdo de esta tierra que te dice te quiero,
un recuerdo casi en tu mente pasajero
como a una nube se lo lleva el viento
tan tranquilo... pero solo pasajero.
La chica linda del salon,
hace creer tu sonrisa que he visto el sol
sin lentes, sin apoyo,
nisiquiera el dedo gordo tapando el ojo.
El avión se va de mi mano
las letras ya lo abordaron
el cargamento son mis acentos
mal colocados, mal puestos,
ayudandolo a cojer vuelo,
la tripulación son las letras de este poema
un recuerdo de la escuela,
la escuela de pensamiento que me cree tierno
te hace sensasional
carismática y a la vez profesional
de ese oficio que para mí es la meta a alcanzar.
La chica se come un baggett
baja la servilleta, se limpia,
se estira, se levanta y se alivia.
Estaba viendo el cielo pero una nube se lo oscureció.
Papeles zurcando el campo de vuelo
un estrecho entre cabezas y techo,
esquivando, subiendo y bajando,
casi chocando con un cuento de amor.
el capitan quiere cambiar el rumbo
se avecina un momento turbio
y a través de las ventanas hay lluvia,
y este avioncito de papel que te iba a ver ya cae.
Sigo pensando, la mente se me hace un lío
no hay matices ni entiendo directrices
estaba leyendo un libro y el profesor me vió,
no me cree, no me entiende ni siquiera se si prefiere
sacarme del salon, pasarme al pizarron
o hacerme decirle para quien iba dirigido ese avión.
La chica esta pensando,
estaba sonando una canción de Edith Piaf
y a su mente venía el recuerdo profeso
pero una bocina del ensimismamiento la sacó
y la música ya no sonó.
El avión hace parada forzosa,
de emergencia en las ajenas dependencias.
Se cayó, se perdió, el perro en la boca se lo llevó
pero el capitan es un tipo honesto,
lo prometido es deuda,
el vuelo aunque pospuesto
algún día arrivará a Marsella.
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