se dedica a desafiar Orfeo
esperando un premio de sus amigas las gracias
aquellas que mucho le inspiraron.
Aferrado a la esperanza
el corazon terco
se resiste al desamparo.
Cuando volverá a ver la dicha
y que dure...
aunque sea solo para marchitarse
con el paso de un par de años.
Que conosca un par fracasos
y quizas mas de un engaño.
¿Cansado no está ya, poeta,
de pagar sobornos a Eros
y multas de despecho?
pero pagada ya la condena
¿a qué libertad le han hechado?
Oh, Diosa, tu que mi poesía tanto has adornado:
un regalo, te pido sin descaro
un regalo, para pintar mil retratos
un regalo, mi reino por un regalo.
Hemos de volver sinceros al principio.
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