15/10/09

La Costa de Oro

Era de dia,
casi noche.
Bajando por el cerro
venía la tropa,
todos pelados, jovenes,
vivos como la flor en primavera,
y a mi me traía enamorado vera
con su fabula y poesía,
corrigiendo siempre a la amiga,
aunque no de veras.

Llegados ya
montamos la improvisada posada,
con fogón y hasta antesala,
la playa nos llamaba,
nos invitaba a conocerla,
pero la luna
nos jugaba la de los jornaleros,
que no le quieren ver la cara
y se van a la cama.

Con promesa del sol naciente de madrugada,
nos fuimos con la almohada,
¡Mentira!
ninguno aguantó el cansancio
si no hasta la mañana
cuando ya frescos
fue que pudimos disfrutar de aquella playa,
la costa virtuosa de Cuyagua,
una tierra de sol ardiente y calmado,
donde los quemados dominan las olas
y los greñudos al descampado
se pierden en sus halos.
Costas de Oro de un mundo alejado.

Mia Cuyagua,
quien no pueda sentirse tuyo
no te vió ni vivió con ganas,
Cuyagua,
recien conocida,
sereno espero la vuelta
para conocer todas tus fronteras,
tu sabor a canela,
enamorado perdido en tu arena.

Volvere a tí...