Gustoso sería mártir
de tu inquisición,
santo entre tus difuntos.
Te elevare
a donde las leyendas brindan cada noche
el banquete de la inmortalidad.
De mi conocerás sólo la voluntad
de un corazón incansable,
las caricias dignas
del arpa mágica de orfeo,
la risas de las gracias,
la gratitud de hades
en los días de invierno...
La historia contara
la belleza de tu sonrisa,
la sutil manera
de captar la luz, de tus senos,
la potencia de tus piernas,
que soportan la infinitud áurea
que se oculta entre tus caderas,
mi puerta al Olimpo