26/7/10

Oda a un Indeciso

El amor me habló de dos maneras,

en una me dijo tememe,

pues a la vez que hago feliz hago daño;

y la segunda me dijo:

¿qué esperas? ¿qué allí sentado?

¿acaso no vez que te he estado llamado?

17/7/10

Oda a la Mujer Dificil de Querer.

Tienes la reputación de sofocar mil alientos
Y no respirar con ninguno,
Tienes el poder de enamorarlos mil varones
Y no atraparlo a ninguno,
Tienes la cualidad de atraer mil ramos del florero vacío
Y no germinar ni un frijol en tu huerta,
Tienes un lindo corazón muy difícil de entender.

Neruda me despierta cantando en la cama de mi hermana
“si la risa es el lenguaje del alma, inspirado en mi musa,
Mi alma de cantar no se cansa”.
Y yo aquí pensando en poemas pedidos, mandados a hacer,
Para escucharlos tanto piano, entre canciones de un 5to Piso.
Habiéndolo venido a saber, maestro, que incapaz de obtener tu beso,
No iba poder hacer ni un buen verso…
Triste poeta el que se amarra a una musa de alquiler,
Que paga captando sonrisas en pedazos de papel.

Sos la chica menuda, cabeza de luna;
Nariz respingona y sonrisa piadosa,
La que al volverse todos voltean para verla.
Y no ves nada a la vuelta.
Tonta, nunca despierta, siempre soltera
La luna vive en duermevela;
Invernales labios en una cara acaramelada,
que precipitan los besos de lejos,
Con adiós de acompañamiento.
El eterno suspiro de Cupido
que a ti su arte nunca llega a extender.

Sin querer queriendo me hice propietario del título,
Temerario de por medio, queriendo lo primero,
Añorando lo segundo y llorando por el tercero.
Mientras te diviertes con tu tutú,
Y te sonríes el secreto a voces que escribiste en mi diario:
Sos una mujer muy difícil de querer,
Y sin embargo todo lo que siempre había deseado.

Anhelo Piadoso del Caminante Meditabundo.

Ah, anhelada, bella, preciosa…
Mi amada Dama Soledad,
Quizás, pronto quizás, encontrarte quisiera yo
Allí donde tu estas,
Recuerdas, aquellos días en que bailábamos el vals.

Tormentos cuidados los que a menudo
Me llevan derecho a tus brazos,
Perdido en el vaho del iridiscente arder de la braza
Que atiza la humareda de la hierba.

Que tormento, desdicha, suplicio,
Es capaz de arrancar del poeta el anhelo
Del maltrato en lugar del deseo,
Alejado de los placeres,
El despilfarro.
¿Que ha de preferirse entonces?
¿A donde me lleva el camino errado?
Errado… errado.
Esa es la palabra terrible,
El desconsuelo,
El pie que dio el primer paso,
Al camino tambaleante, perdido.

A tus brazos regreso,
Bella soledad,
Amiga de mis virtudes,
Dueña de la razón
Quizás, solo quizás,
Sea solo en tus brazos que yo me sienta en paz.